Aplicaciones de encuentro: Desde hace ya varios años que la modalidad de utilizar aplicaciones informáticas para tener encuentros se ha convertido en uno de los principales mecanismos para conocer personas.

Ya sea por curiosidad o la simple motivación de interactuar con individuos por fuera de las reglas tradicionales de encuentros, surgieron aplicaciones de encuentro como Tinder; (creada en 2012, siendo hoy la más reconocida para estos fines) o Happn, las cuales se han posicionado dentro de las primeras opciones que muchos eligen como medio para una cita.

aplicaciones de encuentro

¿Acaso las nuevas tecnologías han llevado a las personas a crear un nuevo paradigma en los modos de relacionarse unos con otros? Si bien no todos utilizan estas herramientas; es innegable admitir que esta modalidad está en su auge y ha generado una nueva y muy utilizada forma de concertar encuentros; En una entrevista realizada por el diario La Nación, el periodista especializado en tecnologías, Tomás Balmaceda; aseguró que las redes sociales hoy nos permiten estar más conectados que nunca; «El auge de las redes sociales inevitablemente estaba destinado a cambiar varios aspectos de las relaciones humanas; Tinder y aplicaciones de encuentro similares ofrecen una promesa demasiado tentadora como para rechazar; conocer a alguien que te pueda atraer y que esté muy cerca de tu casa o de tu oficina«.

¿Qué sucede en Argentina?

En nuestro país, la utilización de estas aplicaciones se encuentra entre los niveles más altos de la región. Así fue explicado por Andrea Iorio, vicepresidente comercial de Tinder en Latinoamérica, quien aseguró que Argentina se encuentra en la segunda posición; por detrás de Brasil, en la escala de uso de esta aplicación a nivel latinoamericano. Cabe destacar, que esta red es utilizada en su mayoría por personas menores de 40 años. A nivel global, el 85% de los usuarios tienen entre 18 y 34 años.

Otra aplicación similar muy utilizada en este último tiempo es Happn. Esta hizo su aparición en Argentina en 2015, convirtiéndose en el séptimo país con más usuarios a nivel mundial. Tiene 350.000 registrados de los cuales el 60% son hombres y el 40% mujeres, en su mayoría de entre 20 y 35 años.

El fenómeno Tinder

Si hablamos de aplicaciones de encuentros, nos encontramos con un claro exponente que se popularizó fuertemente en el último tiempo: Tinder.

Uno de los tantos motivos por lo cual esta aplicación se ha vuelto tan utilizada; es la facilidad en su uso y la practicidad que tiene de manejarla desde un celular; Tan solo teniendo una cuenta en facebook ya nos permite ingresar a la red, la cual funciona como una intermediaria entre todos los usuarios; A partir de un análisis en la compatibilidad de las personas (que van desde la edad; ubicación; gustos en común, entre otras) uno comienza a visualizar posibles candidatos para encuentros; con la información básica de un sujeto acompañada de algunas fotos del mismo; Ya con estos datos, uno está en condiciones de aceptar o rechazar a quienes aparezcan en pantalla. Si dos personas coinciden en aceptarse uno con el otro, comienza un chat privado para formalizar el encuentro.

¿El futuro ha llegado?

Con el auge de estas aplicaciones hay un tema que genera debate entre los mismos usuarios; ¿Acaso concertar una cita con un desconocido por intermedio de algunas fotos y mínimos datos personales frivoliza la relación y el posterior encuentro?

En este tiempo dónde la virtualidad se ha convertido en un espacio de constante interacción entre las personas, definir la palabra frivolidad parece difícil; Hablar a diario con personas que son usuarias de estas aplicaciones; nos da muestra de la multiplicidad de opiniones y experiencias que cada uno tuvo con esta red: algunas buenas; otras malas y en algunos casos en que las personas han sido indiferentes a los encuentros; A pesar de estas numerosas opiniones que uno se puede encontrar; es claro que hoy en día el auge de estas aplicaciones da una clara prueba de lo que la gente; en su generalidad utiliza para conocer personas. Y todo hace pensar que en el futuro esta tendencia puede acrecentarse.

Por eso, ante esta interrogante, me quedo con la perspectiva de un joven de 32 años y activo usuario de Tinder; quién al consultarle por este sistema de encuentros me respondió “el futuro llegó”; Esta reflexión fue el resultado final de una charla, dónde comparó sus encuentros actuales a los previos de la aparición de esta red; cuando basaba sus encuentros en salidas a locales bailables, bares o en distintos ámbitos laborales.

¿Acaso esta es una perspectiva errónea; o el auge que observamos de estas aplicaciones es una clara muestra de las únicas formas de relacionarnos de cara al futuro?