Cuando entramos en una habitación o vemos un objeto por primera vez, nuestras mentes registran su color antes de cualquier otro detalle. Los colores que nuestros ojos pueden percibir son como palabras que forman un lenguaje sutil de humor, energía y percepción. El color puede ejercer un efecto suave sobre la mente y el cuerpo, influyendo en nuestras disposiciones y en nuestra salud física.

El color tiene la capacidad de activar nuestras emociones, afectar nuestra forma de pensar e influir en nuestras actitudes.  Inconscientemente respondemos al color de las paredes del hogar, del automóvil, de la ropa y la comida que comemos, basada en las reacciones naturales del cuerpo a ciertos colores y las asociaciones psicológicas que se han formado a nuestro alrededor. Las consecuencias de la decisión de pintar una habitación o usar un artículo específico de ropa por lo tanto van más allá de la estética.

Que nos provocan los colores

Los colores que se encuentran a lo largo de tu día pueden hacer que te sienta feliz o triste, revitalizar o drenar su vitalidad, e incluso afectar tus hábitos de trabajo. A lo largo de la historia, las culturas dispersas en muchas partes diferentes del mundo han atribuido diferentes significados a diferentes colores. En China, el azul está asociado con la inmortalidad, mientras que las personas en el Oriente Medio ven el azul como un color de protección. 

También hay pruebas de que los seres humanos responden al color de una manera muy visceral. El rojo nos excita e inflama nuestras pasiones. Demasiado rojo, sin embargo, puede hacernos sentir irritados. El rosa tiende a hacer que la gente se sienta amada y protegida, pero también puede causar sensación de letargo.

El amarillo representa la alegría o el optimismo y puede energizarte y ayudarte a pensar con más claridad. El naranja brillante reduce la depresión y la tristeza. Azul y verde son conocidos por inspirar sentimientos pacíficos, y somos capaces de concentrarse mejor y trabajar en habitaciones pintadas en celestes suave y verdes. Los tonos más oscuros de ambos colores pueden hacerte sentir serio e introspectivo.

Hay formas de integrar el color en tu vida que van más allá de escoger los colores de tu decoración y tu armario. Puedes meditar con el color concentrándote en los colores que te hacen sentir tranquilo o usando una progresión de colores para simbolizar un descenso en un estado relajado. La respiración del color implica visualizar ciertos colores mientras inhalas y exhalas. Elije rodearte de los colores que te atraen y hacer que te sientas bien, y puedes crear un ambiente que te haga sentir nutrido, tranquilo y elevado.