Como percibir el aura: Todo cuerpo físico posee un campo energético que nos hace vibrar y que emanamos en el espacio. El aura (el conjunto de cuerpos sutiles) es el reflejo de ese campo. Ésta rodea nuestro cuerpo y está formada de siete capas, superpuestas unas con otras, que se extienden a nuestro alrededor.

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¿Qué son las capas del aura?

Las capas del aura están íntimamente relacionadas con los siete chakras. Si bien hay colores en ellas que pueden ser fijos, generalmente varían; y aquel que más se repita será nuestro color permanente, el cual nos muestra cualidades intrínsecas a nuestro ser. Claro que la variación de los colores depende; muchas veces, de nuestros estados anímicos; con lo cual no tendremos el mismo en una situación, por ejemplo, de depresión que en una de extrema alegría.

Las primeras tres capas (correspondientes al cuerpo etéreo, astral y mental, respectivamente) son las conocidas como el “plano físico”. Su función se centra en procesar las energías asociadas al mundo terrenal absorbidas por nuestros tres primeros chakras.

Luego encontramos la cuarta capa, el cuerpo causal, que se encuentra en el medio de las primeras y las últimas tres; con la tarea de permitir la transición entre ese plano físico; formado por las primeras tres, y el plano mental o espiritual, compuesto por las próximas tres. Su función se centra; así, en disminuir las vibraciones que captan los últimos tres chakras (laringe, tercer ojo y coronilla), pasándola al plano físico; y en elevar aquella captada por los primeros tres chakras (raíz, sexual y plexo solar), ayudándonos en nuestra evolución espiritual.

Entonces, por medio de las últimas tres capas del aura vamos elevando, paulatinamente; la vibración energética para acercarnos al plano mental, divino, espiritual; con la intención de que podamos sintonizar con la Energía Universal.

Cómo percibir el aura

Primero se aconseja, antes de intentar verla, intentar sentirla. Para esto sólo debes enfrentar las palmas de tus manos a unos treinta centímetros y mantener la posición por unos pocos minutos; con el propósito de prestar suma atención a aquello que sentimos en las mismas.

De a poco vamos a ir acercándolas. Primero a veinte centímetros, sostendremos la posición, las acercamos a diez centímetros; mismo proceso y por último las dejamos por tres minutos a una distancia mínima, entre tres y cinco centímetros de separación nada más.

Haciendo estos pasos podrás centrarte en las distintas sensaciones que vas sintiendo a medida que la distancia entre tus manos se acorta. Una de las cosas que es posible que sientas es cierta presión, como si hundieses tus manos en agua. Bueno, si eso te pasa te felicito, estás sintiendo tu aura.

Pasamos al ejercicio para percibir el aura

Para esto debes hacerte de dos cartulinas, una blanca y una negra con el fin de probar con cuál te sientes más cómoda. Vas a posicionar una de ellas debajo de tu mano (es indiferente, por supuesto; si es la izquierda o la derecha) y vas a mantener la mano abierta con los dedos separados; Fijarás tu mirada en el centro de tu mano, pero tratando de desenfocar la vista; como cuando intentas ver esos dibujos escondidos dentro de formas, si es que alguna vez lo has intentado.

Puedes realizar esta actividad por unos minutos y luego descansar la vista para probar con la cartulina que no hayas elegido. Con el tiempo empezarás a notar una neblina, y con mucha práctica, empezarás a verle el color.

Ten calma, no te apures, no pretendas poder ver ya algo que nunca antes habías visto, en lo que nunca te habías centrado. Recuerda que todo en la vida requiere de tiempo y esfuerzo.