Muchas veces es difícil pasar un fin de semana en soledad. ¿Dónde se fueron nuestros sábados de juerga y nuestras compañeras de emociones? Los viernes y sábados de baile parecen haber quedado en el olvido. Y de pronto nos damos cuenta que aquellas borracheras de fin de semana pasaron a ser parte de un gran anecdotario de juventud casi perdida.

Llegó el momento de afrontar nuestra soledad y nuestra forma de percibir al otro, de generar emociones de maneras impensadas (tal vez sentadas frente a una computadora con un tecito caliente para palear el frío) y de asumir que los años no vienen solos y acarrean familias, hijos, trabajos que consumen muchas horas y las salidas recreativas con amigas pasan a un segundo plano (si una tiene suerte).

Envidia sana

Muchas veces las mujeres se encuentran por las noches solas en sus casas, eventualmente con sus hijos porque sus maridos salen “con los chicos”. Esos hombres, adultos ya, que parecen seres que nunca envejecen. Que no cambian “el fulbito” de los miércoles o el póker de los viernes por quedarse en sus casas y que pueden seguir disfrutando de la recreación individual en una salida con amigos aunque los años les hayan caído encima. Se hayan quedado pelados y hasta hayan perdido la figura, pero claro desde la perspectiva femenina es por momentos envidiable y motivo de celos.

fin de semana conmigo misma

Las mujeres en cambio, tienden a perder esa parte lúdica, ese goce con amigas tomando algo un fin de semana. Ni hablar de salir a bailar ¡todo un reto ponerse de acuerdo! Preguntarse “¿qué hago con los chicos?” sería lo de menos. Muchas no saben cómo informarle a sus parejas que también tienen la misma necesidad de esparcimiento que ellos pero que en lugar de jugar a la play hasta las cuatro de la mañana. Necesitan juntarse a hablar sin parar de cosas sin sentido (para ellos) y a criticar compañeras del secundario que no ven hace por lo menos diez años o a cualquiera que pase por su lado con algo que no les guste.

Fin de semana conmigo misma ¡Hay que ventilarse!

Las mujeres tienen un funcionamiento especial. Y eso, que de un tiempo a esta parte se equilibraron ciertas cuestiones que antes sólo eran propias de ellas.

Una mujer que además de trabajar en su casa tiene un empleo, merece su reconocimiento por ello. Chicas: ¡hay que ventilarse! Generalmente puede ser complicado cuando no sólo dependen de sí mismas pero aunque la coordinación demore más que en los tiempos dorados. Hay que tomarse ese tiempo que es de uso exclusivo para el disfrute.

Algunas estarán pensando que es fácil decirlo pero complicado llevarlo a la práctica y es verdad. Muchas veces no es una la imposibilitada para salir porque disposición y tiempo nos sobra pero nuestras secuaces de aquellas épocas cambiaron radicalmente su modo de vivir en relación al compartido en la adolescencia. Ahí sí, no queda otra que hacer tripa, corazón y aprender a estar consigo mismas. Una posibilidad es aprovechar ese tiempo para dedicártelo de la manera que más te guste: andá a un spa, dormí las 8 horas que tanto deseas en la semana. Mírate en la cama esa peli de llorar que sabés que te va a hacer sufrir, tomate una cerveza mirando chistes de youtube, pero hacé algo, activá y aprendé a estar con vos misma.