El Chile: ¿Que es?

El Chile también llamado ají es un fruto originario de México, Centro y Sudamérica. Se cultiva en tierras templadas, calientes y en general alcanza de 30 a 80 cm de altura.

Es bien conocido por ser muy picante y esta autora ha sido puesta a prueba en la degustación de dicho fruto.

Colón fue uno de los primeros europeos en encontrarlos (en el Caribe). Y los llamó «pimientos» por su sabor, parecido al de la pimienta negra usada en Europa, del género Piper. Y que era una de las razones de sus viajes: encontrar una ruta hacia el Oeste para llegar a las Indias y a sus codiciadas especias, en particular la pimienta.

El chile se integró de una forma muy útil a la cocina española y del resto de Europa (y especialmente la italiana).  Durante los siguientes doscientos años, su uso revolucionaría la gastronomía de los pueblos mediterráneos.

Nuestro reto

Todo empezó como un juego, un reto entre dos compañeros de curso de cocina con el fin de demostrar quién es más valiente. Un absurdo absoluto pero a fin de cuentas se dispuso a probarlo.

En una primera mordida el chile sabe a cualquier pimiento sin embargo es a los pocos segundos que se empieza a sentir el picor en la lengua, un picor suave pero perseverante. Los rostros no parecían sufrir cambio alguno, se sentía una sensación picante pero normal.

El Chile

¿Que produce?

No obstante al pasar un minuto comenzó el incendio, iniciando por la lengua hasta la garganta, fuego y más fuego. Todo a causa de que el fruto tiene altos porcentajes de capsaicina. Cuando se consumen, los capsaicinoides se unen a los receptores de dolor de la boca y la garganta que son responsables de la sensación de calor.

Una vez han sido activados, estos receptores envían al cerebro el mensaje de que se está consumiendo algo caliente. El cerebro responde a esta sensación de calor elevando el pulso cardíaco, incrementando la sudoración y liberando endorfinas.

Nuestros facciones se transformaron. Ya no éramos los mismos valientes que al principio. Esta autora se quedó en ese momento sin habla y empezó a llorar.

El agua fría que se tenia a disposición no servía, cada sorbo no saciaba la sed o el malestar. Asi entró en juego la desesperación. Si, desesperación porque sentías que te quemabas por dentro y no había nada que pudiera sanar.

En este estado ir al baño era la única salida para que nadie viera tu rostro, para no pasar vergüenza. Por si no hubiese sido poco, en el sanitario surgieron las náuseas y en ese mismo instante dieron su terrible consecuencia.

De este modo comienzas a pensar que no fue una buena idea probar el chile y que prefieres morir en ese instante antes de seguir sufriendo.

Tras lágrimas y lágrimas, litros de agua de por medio, el ardor se fue. En total, el calvario duró 30 minutos que parecieron una eternidad. Y en este reto no hubo ganadores. Ambos participantes perdieron. Por ser tan tontos de haber jugado con un fruto tan picante.

Conclusión, no hagas como yo y juegues con el sabor picante del chile. ¡Al ají con respeto!.