Recuerdo mis primeros pasos en el periodismo. En el 2007. Entré por primera vez a la facultad. Y ya desde los pasillos se oía el resonar de un nombre que se percibe en cada rincón del edificio. Me refiero a Rodolfo Walsh.

Pensando en distintos temas que pudieran ser de interés para escribir algunas líneas. Me topé de casualidad con un libro que leí en varias oportunidades hace años. Y que siempre se presenta ante mí cuando busco fuentes de inspiración para redactar algún texto, ya sea ficcional o real. Supongo que esta casualidad responde a una lógica, dado que el libro al que aludo es intrínsecamente una musa para la escritura.

Hago referencia a “Operación Masacre”, el cual es un manual de cómo hacer buen periodismo. Pero además muestra claramente cuál debe ser el rol de nuestra profesión.

¿Quién fue Rodolfo Walsh?

Walsh fue una de esas personas que han dejado una huella imborrable en la memoria de todos aquellos que amamos la profesión del periodismo. Y no solo digo esto por su excelencia en la manera de llevar a cabo la profesión. Sino también porque además de ser un escritor, periodista e intelectual. Fue una persona que sacrificó su propia vida para mostrar una realidad oculta que vivieron los argentinos durante muchos años.

Es fácil hoy en día opinar sobre distintas cuestiones relacionadas a la realidad. Esto se observa con solo prender la televisión o escuchar alguna radio. Pero dar la vida literalmente en el ejercicio de la profesión mostrando una realidad que alguien oculta (como pueden ser sectores que concentran mucho poder). Y en favor de un país que Rodolfo Walsh creía posible, no es una situación que muchos se animen a vivir. Y Walsh se animó.

Acá se ve la gran diferencia entre los que pasan por esta vida de manera desapercibida y los que realmente quedan en la historia.

Hay ciertas cuestiones de su vida que se pueden debatir o simplemente estar a favor o en contra. Pero lo que sí es claro es que la huella que Rodolfo Walsh nos ha dejado es un legado que jamás se puede borrar.

Rodolfo Walsh

Una obra maestra del periodismo: Operación Masacre

Sé que dar un calificativo de esta índole a un libro roza claramente con un alto índice de subjetividad de parte mía. Pero tras hablarlo con otras personas que también han leído esta obra, hemos coincidido con atribuirle esta calificación.

¿Por qué digo esto? La larga tradición que tiene el periodismo de investigación en Argentina se asienta claramente sobre este libro. Es un escrito que le dio un perfil definitivo y una clara identidad. A lo que es una investigación en Argentina hecha desde sus raíces por un periodista.

No busco contar una síntesis del libro, sino invitarlos a todos aquellos que son amantes de la lectura a entrar en una historia oscura y nefasta de nuestro país. Contada por Walsh por medio de una brillante investigación. Para ello, voy a dar una perspectiva personal de lo que considero de esta obra.

Más allá de los aspectos estilísticos que empleó Walsh para narrar los fusilamientos en el basural de León Suarez aquella noche de 1956. Podemos decir que a partir de “Operación Masacre” la investigación periodística estuvo inefablemente ligada a la denuncia. A partir de ahí es que las grandes investigaciones en el campo del periodismo nacional se han orientado al descubrimiento de delitos de distintas índoles por parte de alguna clase de “poder” ya sea estatal, policial, gremial, entre otras.

Con esto quiero decir que esta característica no puede pasar desapercibida. Dado que es lo que ha marcado el inicio del periodismo de investigación en nuestro país y lo que luego se ha conocido como un “periodismo político”.

Hablar de Walsh puede hacernos acordar a otro periodista del que hemos tenido ya la posibilidad de hablar.Y que también ha dejado su huella: Truman Capote.

Sin embargo, desde lo personal, creo que lo que ambos hicieron fueron cosas distintas. Los dos han sido pioneros en lo que conocemos como novelas de no ficción. Sin embargo. Lo que Capote realizó en su libro “A sangre fría” (como ya mencioné en una nota anterior). Es un periodismo ligado a la reconstrucción de un hecho. Walsh, por otra parte, realizó un auténtico periodismo de investigación. Claro está que es solo una perspectiva personal de lo que creo diferencia a los dos brillantes trabajos.

Creo que este es uno de los puntos más fuertes en “Operación Masacre”. Me resultaría muy raro que, en Argentina, un periodista cuente con facilidades para reunir información respecto de un crimen o caso a resolver. Como si sucedió en Estados Unidos en la historia contada por Capote. Y esto es porque históricamente en nuestro país, el trabajo investigativo siempre se ha orientado a buscar información debajo de cada alfombra que represente alguna prueba del delito. Esa información que seguramente, desde mi perspectiva, puede ser ocultada por alguna alta esfera de poder.

Esto, por el contrario, es algo que no sucedió en el caso contado por Capote. Ya que el aparato judicial norteamericano nunca intentó ocultar ningún hecho, sino que, en oposición a esto, lo ayudaron.

No quiero entrar en grandes comparaciones. Pero me resulta importante mencionar esto. Porque es a mi consideración, uno de los puntos más fuertes que tuvo “Operación Masacre”.

Con estas palabras, los invito a poder leer esta obra. Dónde van a encontrar una historia real muy apasionante contada en detalles a partir de una exhaustiva investigación del periodista. Que en todo momento nos tiene en alerta y que nos cuenta un hecho que marcó la historia de nuestro país.